Esta semana hemos decidido escribir sobre la “insensibilidad congénita al dolor”, a raíz de una noticia publicada en el periódico The New York Times. El título de la misma, The Hazards of Growing Up Painlessly (Los peligros de crecer sin dolor), resume muy bien las implicaciones de esta enfermedad.

Si bien en un principio la incapacidad de sentir dolor puede parecer un regalo, es todo lo contrario. El dolor, cuando no es crónico, tiene un valor claramente adaptativo. Permite al organismo distinguir entre estímulos dolorosos y no dolorosos, reconocer aquello que es nocivo y reaccionar cuando hay algún daño físico.

En el año 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que todos los países establecieran el Día Universal del Niño por tal de dedicarlo a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero, además de realizar actividades para promover el bienestar de los niños del mundo.

Como ya habréis adivinado después de esta introducción, hoy, 20 de noviembre, es el Día Universal del Niño.

El dolor visceral es el que se origina en los órganos internos del cuerpo. Es el tipo de dolor más frecuente y el que supone una mayor búsqueda de atención médica.

A pesar de esto, es un dolor tratado de forma insuficiente pues suele considerarse que tratando el origen de la enfermedad que lo provoca, el dolor desaparecerá. Es por ello que este año estará dedicado a difundir información y aumentar el conocimiento sobre este tipo de dolor en todo el mundo.